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QUEMPER |
Habíamos llegado a Quemper al anochecer y en todas las guías aparecía esta ciudad como lugar de visita obligada por lo que decidimos visitarla al día siguiente antes de partir. La realidad fué que merecía la pena. Su mercado, sus calles en torno a su catedral denominada Sain Corentin, te invitaban a un callejeo tranquilo. Pero había que continuar. Nos dirigimos hacia Concarneau con la intención de buscar un lugar para comer.

No tuvimos suerte así que continuamos hacia Trevignon y continuando con la mala suerte , valga la rebundancia, nos visito la lluvia mientras comíamos en un pequeño parque al lado de la carretera. Al amainar la lluvia continuamos y dimos con un pequeño pueblecito, digno de visitar y a medio camino entre el interior y la costa. Su nombre Pont-Aven. Había parado de llover y después de tomar un "café" continuamos.
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VANNES |
Amenazaba lluvia, llevávamos unos cuantos días y el cansancio comenzaba a hacer de las suyas por lo que decidimos sin dar mucho rodeo poner rumbo hacia nuestro destino : Vannes. La realidad es que nos dejamos lugares por visitar como Carnac y su zona de megalitos. Un despiste pero estábamos cansados.
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